La gente ha utilizado las plantas como medicina desde el principio de los tiempos cuando la mayoría de la gente tenía algún conocimiento de las plantas para curarse, y en cada pueblo había una persona más experta para curar enfermedades graves. Muchas culturas del mundo han perdido su relación con las plantas de la región y la mayoría de nosotros hemos llegado a depender de sistemas de medicina que están fuera de nosotros. Hemos olvidado cómo cuidarnos, cómo prevenir enfermedades y tratar dolencias comunes cuando surgen. Cuando algo dentro de nosotros está fuera de balance, corremos al hospital o farmacia más cercana. Hemos olvidado cómo cultivar y preparar medicinas para tratar resfriados, gripes, fiebres, dolores de cabeza, promover el sueño, etc.
Es posible recuperar este conocimiento para nuestro bienestar, cultivando una pequeña cantidad de hierbas medicinales y dedicándole un poco de tiempo en nuestras vidas para cuidarnos y mantenernos sanos, al final de cuenta, somos nosotros quienes conocemos nuestros cuerpos. Al hacer esto, comenzamos a recordar nuestra conexión con las plantas, con este sistema de apoyo que se encuentra dentro de la tierra que mejora nuestra salud.
Cultivar hierbas es fácil y cuando se ponen en el ambiente adecuado crecen y se multiplican, la tarea se convierte en sembrar, podar y cosechar. Una vez las hierbas se establecen y crecen en tu jardín son más abundantes cada año. Cada planta nos da muchos beneficios en el camino de la salud y la belleza y cada planta viene con su perfil de propiedades para sanar, con minerales y vitaminas que ayudan a prevenir dolencias, nos levantan el ánimo cuando estamos deprimidos y calman nuestros sentidos.
Se siente tan bien tomar nuestra salud de la mano para prevenir enfermedades (recuerde que las consideraciones serias de salud necesitan orientación profesional) y utilizar las hierbas para sentirnos animados, sanos y completos.